Seguidores

15.1.13

Un encuentro inesperado...


Aquella noche, frente a la ventana se encontraba una preciosa joven de tez morena, de largos cabellos oscuros, con dos enormes ojos que iluminaban aquella lúgubre estancia. Fuera llovía lo cual le alegraba y provocaba en ella una enorme sonrisa que junto con sus ojos daba luz a la habitación.

Esa misma noche, iba a vivir un encuentro inesperado con aquel joven chico que tanto le halagaba, el no era mas que un mero escritor novel del tres al cuarto pero a ella sus pequeños relatos le sumergían en una realidad que tornaba mas alegre cada vez...

Su encuentro, esperado por ambos fue muy pasional primero se fundieron en un largo e intenso abrazo, después el comenzó a hablar todo se le volvía a ella cansado y decidió acallar el suave rumor de su boca con un tímido beso....

Ese tímido beso que acalló el rumor de la boca del joven novelista, fue devuelto pero esta vez con una mayor pasión por el hacia aquella joven la cual , se sonrojo y no pudo contener la emoción que en ella suscitó aquel beso. Pasaron los días y ella no podía olvidar aquel encuentro que mantuvieron y por ello decidió citarlo de nuevo esta vez , seria enfrente del bar en el que se conocieron , el estaba allí sentado en una mesa solo escribiendo como de costumbre , no la vio llegar, pero cuando ella se sentó frente a el , sus ojos tomaron un brillo especial , aquel que se suele apreciar en quienes están enamorados. Ella reacciono muy expresivamente ante ese brillo que apreció , apareció en su rostro una enorme sonrisa y sus ojos se abrieron dejándose ver en su totalidad.

Pasaron un rato en aquel bar hasta que el termino de escribir aunque por supuesto que no le dejo leer lo que escribía... Salieron de allí de la mano por primera vez desde que se conocían, y cuando el le acompañaba hacia su casa , empezó a llover lo que le alegro mucho ya que a ella le encantaba la lluvia.

Ambos empapados entraron al portal de su casa, y allí el le aparto el pelo empapado de su rostro y la besó como si fuese la ultima vez que hiciese semejante cosa...

Noches de Verano


En aquella cálida noche estrellada de verano , sentados sobre el césped , y sin ninguna iluminación artificial, se pusieron a observar las estrellas. Ella le dijo que le enseñase las constelaciones y el así lo hizo , cuando concluyo le dijo que no había estrella mas bonita que ella sonriendo junto a el.

Ella ante aquella irrefutable muestra de amor , le dio un beso en la mejilla de una forma tan cariñosa que por vez primera desde que se conocían ( no hacia apenas dos meses , al inicio del verano ) , la sintió más cerca que nunca.

No quedaban mas que un par de semanas de verano y por ello el decidió , sin dudar , pedirle que saliese con el. Ella al escucharle, acepto inmediatamente, aunque le dijo que en dos semanas se separarían quizás para siempre. El sabia que asumir ese riesgo quizás les marcaría para siempre , pero ambos se lanzaron a la aventura sin dudar.

Las dos semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos y ellos disfrutaron al máximo su tiempo juntos, cada noche paseaban por el pueblo de la mano y acababan su paso en la puerta de casa donde el se despedía con un beso.

El ultimo día que pasaron juntos, volvieron a tumbarse sobre el césped donde ella le pidió de nuevo que le enseñase a identificar las constelaciones y el lo hizo repitiendo la misma frase que dos semanas atrás. Ambos cuando estaban a punto de despedirse se juraron no olvidarse jamas y llamarse cada día...

Años después se reencontraron en aquel viejo pueblo, donde en su adolescencia vivieron una historia de amor, y tan solo con un beso en la mejilla, volvieron a sentir esa fuerte unión que no los separara nunca....

14.1.13

Una fría tarde



Era una fría tarde de marzo, ella volvía a casa caminando. En aquellos instantes veía todo gris, no era capaz de sonreír y ser feliz. Todo era siempre muy bonito, y al final la dejaban tirada como un cigarro a medias, esos que tiran los que están a punto de tomar un nuevo tren..

No tenía ganas de seguir así, quería cambiar, y ni siquiera sabía cómo empezar... Quería encontrar el amor, esa utopía que algunos persiguen hasta el final.

El final, quizás estaba cerca, el final de todo lo que había vivido hasta ahora. Algo nuevo iba a comenzar... aquella tarde de vuelta a casa se encontró con aquel que todo iba a lograr cambiar.

Chocó con un chico por la calle, el sin alzar la mirada pidió disculpas y continuó andando, ella se quedó mirándolo y grito, el se volvió, pero seguía con la mirada fija en el suelo, el miedo le poseía.
Ella con un suave gesto levanto su cabeza, quería mirarlo a los ojos. Se le quedo mirando fijamente, tenía una mirada intensa, su aspecto desaliñado y esa timidez que desprendía le daban un toque especial. Rápidamente hurgó en su bolso, sacó un trozo de papel y anotó algo. Se lo dio a aquel joven, y se fue rápidamente sin mediar palabra.

El se quedó anonadado, cuando reaccionó y miro el papel, observó que en el había apuntado un número de teléfono, levanto la vista y ella ya se había perdido entre la multitud. El volvía a casa, descolocado, deambulando entre la muchedumbre, no sabía que había sido aquello ni como podía haber pasado. Ni se lo pensó dos veces, cogió su teléfono y marco aquel número.

Al otro lado del teléfono, se oyó una voz dulce, supuso que era aquella chica, le dijo quien era y ella soltó una tímida risa, comenzaron a hablar, se presentaron ambos y quedaron para tomar un café la tarde siguiente.

Eran las cinco, ella abrió la puerta de la cafetería, lo vio, sentado en una mesa, nervioso, temeroso, esperando verla. Pasaron más de una hora charlando, y ambos pensaban que esto cambiaría sus vidas, pensaban en que podría ser espectacular. Se fundieron en un beso, ella mordió su labio sensualmente, ambos cerraron sus ojos, aquello marcaría un punto de inflexión en sus vidas. Ese fue su último momento, estalló toda la cafetería, todo saltó por los aires, pero ellos se regalaron su último suspiro, el momento más feliz de su vida, lo compartieron el uno con el otro.

Y así, esa historia que comenzaba, perdurará por siempre.

Noches en vela



Caía de nuevo la noche, había sido otro día anodino y sin sobresaltos como de costumbre. Él se hallaba sumido en la penumbra de su habitación, asomado a una ventana que le comunicaba con el mundo exterior. La lluvia le daba un tono especial a aquella noche, era una lluvia fina que podía llegar a ser agradable.
La calle estaba iluminada por unas farolas que emitían un haz de luz anaranjado, que se reflejaba en el cristal e iluminaba tenuemente la estancia en la que se encontraba. Su móvil colocado sobre el escritorio se iluminó e inundo la habitación de una luz azulada, era un mensaje de texto, ni siquiera lo leyó, bloque su teléfono y lo volvió a dejar sobre el escritorio, esta vez boca abajo para evitar que lo volviese a traer de vuelta por una
nimiedad.

Volvió a centrarse en lo que ocurría en la calle, tan solo un puñado de personas deambulaban por ella, todas lo hacían sin prestar atención a nada más que a la colocación de un pie tras otro. Un coche rompió el monótono ruido de la lluvia, frenó en seco y aparcó bajo la ventana, de ese coche negro descendió una mujer que captó toda su atención. Era una mujer de aproximadamente un metro setenta, morena con el pelo largo y liso, llevaba un vestido largo, pudo vislumbrar sus ojos en la noche eran de un color verde vivo, se alejo caminando por la calle y se perdió en la oscuridad.

Perdió la esperanza de poder ver el rostro de aquella joven algún día, tenerla cerca y sentir que podría perderse en sus ojos durante horas sin importar nada más que ella y el. Se fue a la cama, pero despertó de madrugada, sobresaltado, y muy agitado, no podía dormir. Sentía la imperiosa necesidad de escribir acerca de aquella joven que había visto durante unos instantes esa misma noche bajo su ventana.

Aquella mañana, despertó en la silla, se había quedado dormido encima de unos papeles en los que describía a aquella hermosa joven, se visitó apresuradamente y bajo a la calle. El coche seguía allí.

Llego ella, le sonrió y volvió a perderse en el horizonte, jamás la volvió a ver pero cada noche soñaba con ese instante en el que la mujer más hermosa del mundo estuvo próxima a él...

Sueño de una tarde lluviosa


Él era el detective privado más prestigioso de aquella ciudad , en la que las corruptelas y los crímenes predominaban, se hallaba a las diez de la noche en su oficina. Con los pies apoyados sobre su viejo escritorio repleto de papeles e incluso billetes , restos de comida , etc...
En medio de la calma un ruido le altero, era el sonido de su viejo teléfono ( ring, ring....)que le evadía de su sueño. Era un nuevo caso como los habituales con los que solía trabajar.

Tras esa llamada , acordó encontrarse con su cliente en una lúgubre calle , y en efecto, allí estaba bajo una intensa lluvia con su gabardina de color crudo y su sombrero , estaba sin afeitar con un cigarro en la boca que apenas se mantenía encendido a causa de la lluvia que caía insistentemente sobre aquella ciudad. Su cliente apareció de entre las sombras, le dirigió hacia un callejón apenas iluminado, le expuso su caso , era una trama de corrupción ,en la que estaba implicado el alcalde de aquella ciudad. Tras arduas investigaciones , supo con certeza que aquella información que le había sido revelada era totalmente veraz. Informó entonces a varios contactos que le ayudaron a detener a todos los corruptos.

Entonces unos toques en la espalda despertaron a aquel joven muchacho dormido sobre sus libros, eran las siete de la tarde y fuera llovía , y él tras despertarse, fue a asomarse a la ventana y la vio pasar de nuevo, esta vez embozada en un precioso abrigo que la cubría de la lluvia. Esa noche, volvería a soñar con ella....

Cada Mañana...


Aquella joven, de cabellos largos, sedosos y morenos cuyo flequillo le tapaba de forma muy sensual su ojo izquierdo, dejando solo a la vista uno de sus preciosos ojos verdes. Su nariz era pequeña y sus labios finos.

Cada mañana se encontraba con un joven escritor de pelo largo y negro, ojos negros y rasgos toscos, semblante serio y cara alargada. Aquel joven esbozaba una sonrisa cuando ella aparecía, y sus ojos se iluminaban tomando un brillo muy peculiar.

A ella también se le iluminaban sus ojos y sonreía cual quinceañera enamorada, nunca hablaban quizás por la timidez de ambos, pero existima ya una conexión entre ambos y es que no hacia falta decir nada.

Pasaron los años y en sus vidas muchos amores encontraron pero sus miradas ya no decían nada , pues no era real. Una mañana lluviosa de septiembre se cruzaron por casualidad y sus miradas volvieron a conectar. El se decidió a hablarle y decirle que de ella una vez se enamoro.

13.1.13

Una tarde inesperada


Ella se le acercaba de frente, llevaba una caja en sus manos. Su pelo moreno, largo y liso, era mecido por el viento, ocultando en parte sus ojos azules, sus enormes pestañas , su pequeña nariz y su boca, esta última adornada por un piercing la conjunción de todos estos elementos hacían un bello rostro. El ante esa exuberante belleza , decidió lanzarse y se ofreció para transportar la caja , ella accedió y le pregunto a quien debía ese favor, le dijo su nombre y ella hizo lo propio.

Cuando llegaron a la puerta de su casa, se despidió y el le pidió su número, se lo dio. Apenas se hubo cerrado la puerta tras de si, el estaba enviándole un mensaje citándose para mañana con ella, tardo en contestar pero finalmente decidió aceptar su propuesta.

Al día siguiente, 10 minutos antes de la hora prevista el estaba en el lugar donde se habían citado, presa de los nervios, miraba insistentemente su reloj y en una de esas ocasiones, vio como aparecía ataviada con unos zapatos de tacón negros , unos pantalones del mismo color y una camiseta de tirantes de un tono claro. Llevaba el pelo suelto y apenas estaba maquillada, estaba radiante. Todo comenzó con un paso apenas habían recorrido 100 metros y ya habían olvidado todo lo que les rodeaba solo estaban ellos dos, casi no se conocían pero existía entre ambos un vínculo especial que con tan solo una mirada se decían mucho.

Se siguieron viendo cada día y su afinidad fue creciendo. De pronto un día sin más el decidió darle un beso, el cual fue correspondido, dando comienzo de esta manera a algo que difícilmente se rompería...

La Chica de los Ojos Azules


Su pelo era largo moreno y sedoso, sus ojos azules encendían su rostro que era iluminado a la vez por su sonrisa. Los ojos azules eran tan profundos que cualquiera podía perderse en su inmensidad durante horas. No era demasiado alta, pero su esbelta figura le otorgaba un aire distintivo que hacía de ella una mujer única, e increíblemente bella.

Se encontraba en su habitación una noche de verano, sola y apática se levantó de su cama y caminó hasta la terraza, estaba descalza, y su cuerpo estaba cubierto por unos pantalones cortos y una camiseta de tirantes. Abrió la ventana con mucho cuidado para tratar de hacer el menor ruido posible, se asomó y una suave brisa que inundaba la ciudad aquella noche comenzó a mecer su pelo, e incluso en algún momento lo empujaba contra su cara y ella lo retiraba de una forma tan sensible que lograría emocionar a cualquiera ante tal acto.

En aquel momento en la ventana, comenzó a mirar a la luna, era redonda y grande y brillaba mucho aquella noche, esto permitió que se perdiese en sus propios pensamientos. Comenzó a imaginar como sería el hombre que ella quería; alto, con barba de una semana, el pelo alborotado y ese aire desaliñado que le otorgaba un aire entre chulesco y misterioso que tanto le cautivaba a ella.

Tras dibujar vagamente a su chico ideal, decidió volver a la cama, se arropó a pesar de ser verano y en apenas unos instantes se sumió en un profundo sueño...

En aquel sueño, se encontró sola, en una casa que no le resultaba familiar, y decidió salir a la calle. Entonces comenzó a deambular por aquella ciudad desconocida para ella, en una esquina vio al hombre de sus sueños. Todo fue muy fácil, evidentemente, era su sueño. Pasearon cerca del mar agarrados de la mano y vieron la puesta de sol, pero en el momento que el se disponía a besarla... ¡despertó!

Abrió sus ojos, estaba de nuevo en su habitación, era un nuevo día y maldijo su suerte por despertarse en el mejor momento del sueño. Se vistió y se arregló apresuradamente y decidió salir a la calle en busca de aquel joven con el que había soñado, pasó horas recorriendo la ciudad... cuando se dio por vencida, decidió sentarse en un banco. Estaba abatida, nunca lo encontraría y en ese preciso instante mientras ella tenía su cara entre las manos alguien se sentó a su lado en el banco. Ni lo miró, pero cuando se disponía a
volver a su hogar le vio la cara. 

Era él.

La Chica de la Sonrisa Gris


Cuando se cruzo con ella por primera vez, apenas pudo vislumbrar con claridad el color de sus ojos,
ya que su enorme sonrisa centro por completo su atención. Aquella joven de cortos cabellos, ojos
marrones, bonita sonrisa y de gran expresividad, seria en unos días, parte de su vida, un recuerdo
imborrable.

Aquella misma noche, ya no podía sacar la imagen de aquella chica de su cabeza, recordaba todos
los detalles que la caracterizaban, su pelo, la forma en que lo recogía y como era aquella esplendida
sonrisa que iluminaba su cara, sus gestos, con los que decía tanto en tan poco tiempo....

La semana siguiente, la vio sentada en un parque, una lágrima se deslizaba por sus mejillas, sonrojadas a causa del frío, se acerco, temeroso ante la reacción que ella podía tener. Se sentó a su lado y la rodeo con su brazo derecho, ya se conocían, ella apoyo su cabeza sobre su hombro y rompió a llorar.

El siguió ayudándola a olvidar a aquel hombre que no supo hacerla feliz, que borro la sonrisa de su
cara y apago la luz de sus ojos, que mas tarde recuperaría gracias a el.

Meses después, ambos estaban juntos, eran inseparables, cada vez que podían acudían al campo
donde pasaban aquellas largas tardes de verano aprendiendo a soñar y soñando ser...

Al Principio, el Principio.


Bueno, supongo que esto no tendrá ningún tipo de repercusión en la vida de nadie. Así que esto quedará en una pequeña introducción. Textos y otras zarandajas será (o eso espero) la recopilación de todos los textos y cosas interesantes, creadas o recogidas por este loco.