Todo olía a ella. Cada recuerdo, estaba impregnado con aquel olor.
Creedme, aquella chica estaba un poco loca, pero hay quienes dicen que las mejores personas lo están. Era morena, su pelo no era demasiado largo, aunque, llevaba un flequillo que tapaba uno de sus ojos. Aquellos ojos… creo, que él se enamoró de ella por aquellos ojos, no eran de un color que llamase la atención, pero estaban llenos de vida, de emociones, de alegría. Para que engañaros, él creía que ella era perfecta, la mejor de todas, aunque asumía que tenía sus fallos.
El último día, su último día juntos, tan solo un abrazo, apenas hablaron. No lo necesitaban, se lo dijeron todo en unos instantes. Aquel día llevaba su perfume, ahora cada vez que pasa por aquel lugar, la ve allí, y cada vez que huele ese perfume por la calle, recuerda a esa chica, con la que un día… aprendió a soñar y soñó a ser.