La tormenta perfecta,
la calma antes de que se desate la tempestad. Esa inhóspita tranquilidad que se
vive en el ojo del huracán. Todo eso era ella, la aceleración perfecta de una
suma de historias que convertían su vida en una sola cosa, una sensación constante
de inseguridad. Es, en suma, el cúmulo de una serie de ideas y circunstancias
que se quedan adheridas a su coleta y que cuando se suelta el pelo y comienza a
brillar, desaparecen. Deja paso a una mirada clara, nerviosa y agitada, que
busca incesantemente algo que hacer o decir, pero más pausadamente, como si
estuviese fuera de sí.
Ahí llega. Un ruido de
tacones anticipa una sombra alargada y esbelta. Con el pelo suelto,
despreocupada, avanzando sin temor en un mundo en el que los peligros no dejan
de acechar. Pero a veces siente que tiene el control de todo, y se desata, como
si nada atenazase su estómago o sus piernas y le permitiese caminar sin esa
pesada carga que vive instalada en su cabeza. No verán que eso suceda muy a
menudo, pues ni ella misma se permite tomar las riendas de una vida que se
presenta delante de ella y se niega a pisar con firmeza y determinación.
En algunas ocasiones se
descubre, se deshace de todo eso que nubla sus ideas y se deja ver. Deja que de
sus labios se descuelguen tímidas sonrisas, que todo vaya a una velocidad más
lenta, que todos puedan ver en su máximo esplendor a alguien que aún no se ha
dejado ver por completo y que está a punto de eclosionar. Baja las revoluciones
hasta igualarse con el resto del mundo pero evidenciando la perfección que
oculta bajo esas amplias pestañas y esa mirada tan cálida. Aunque no siempre es
así, en ocasiones puede dejarte helado con un gélido gesto de esos ojos
radiantes.
Magistral,
anticiclónica, radiante, incontestable, novedosa, anárquicamente perfecta. En
resumen, ella.
“Que nada te haga cambiar, porque algún día te descubrirás y comenzarás a morder ese mundo que tantas veces te aterra. Tan sólo debes encontrar el momento perfecto para comenzar a conquistar todo aquello que deseas, porque está ahí, en tus manos”.
Cada vez que te leo pienso que es sublime!
ResponderEliminarDeberías presentarte a concursos de relatos, de verdad Miguel.
Me ha llegado profundamente, esa chica de la que hablas tan anárquicamente perfecta, tan ella, parece que sea una revolución, un descubrimiento que hace sentir infinito.
Un abrazo muy fuerte
¡Muchísimas gracias por todas esas palabras! Son especialmente halagadoras cuando vienen de alguien con tanto talento para esto como tú.
EliminarUn fuerte abrazo.